Allá va mi capitán, navegando indudablemente por aquel desierto longevo que hace moverse por la vida: como esquivar las furiosas olas del mar y saltar las dunas de la árida masa de arena, en la que toda persona, hervidora de males o hechura de bienes se está moviendo constantemente para producir lo que es llamado vida, guardado todo en una caja del más fuerte metal que pueda existir, encarcelado por una cremallera llamada escritura o literatura, escrita en pluma, con sangre o en tinta de cualquier estilo o país, pero siempre será nuestra más bella forma de almacenamiento humano, ya que gracias a ella, a la literatura podemos decir que soy español, que soy un ser humano, que soy algo en mi vida, además para bien o para mal, aunque guste o no, ya es un instrumento en nuestra vida que utilizaremos hasta que nos llegue el día de fallecer, el día en que estaremos orgullosos de haber podido aprender a escribir, aprender a leer, aprender a razonar sobre lo que se plasma en un papel, piedra o cualquier otro sitio donde un pincel o una estaca con la ayuda de un martillo pueda construir una frase, o mejor dicho un enunciado como el que yo te estoy ofreciendo en estos momentos, momentos en los que gracias a la literatura y a la escritura te encuentras viendo una pantalla llena de información y de cultura como este escrito, este texto, o esta, tan larga oración que os doy para que os la incrustéis en el corazón, un arma principal que uso y usaré hasta el resto de mi vida: ´La literatura es pura hermosura`.
Alfredo Torres Carreras (27-10-2014)
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